
La protección de la carrocería del coche es de importancia vital. Muchos conductores creen que es suficiente encerar toda la superficie y retocar los pequeños defectos con productos para el cuidado o de detallado. Lamentablemente, no es así. Con el tiempo, el revestimiento se desgasta y pierde sus propiedades. La superficie se vuelve opaca y luego suele incluso oxidarse.
Por eso vale la pena analizar de antemano cómo protegerla de los factores atmosféricos y ambientales perjudiciales. En la realidad, esto no es tan difícil como parece. Todo lo que se necesita es invertir un poco y elegir una medida protectora adecuada. Es donde nos topamos con otro dilema: ¿apostar por la lámina tradicional o tal vez el revestimiento de kevlar, la novedad en el mercado? Descubre más en este artículo.
Lámina para el coche
Es un perfecto método para proteger la carrocería del coche contra la corrosión, y el más económico. Una capa adicional limitará el impacto negativo de los factores meteorológicos, reduciendo además la penetración de la humedad en la estructura que, con el tiempo, puede provocar la oxidación. La lámina protege contra los daños por las sales minerales y, en la menor medida, la incrustación del asfalto derretido. Desafortunadamente, no puede compararse con los revestimientos de cuarzo, y menos con los cerámicos. Cabe destacar que el precio de este tipo de protección es relativamente bajo en comparación con los revestimientos mejores, pero definitivamente menos eficaz. Entonces, ¿por qué no buscar una solución más económica, pero definitivamente más efectiva?
¿Lámina o kevlar?
Aquí no hay una respuesta inequívoca. Los conductores suelen optar por los métodos ya probados, con los que ya están familiarizados. Por eso siguen siendo populares los revestimientos protectores cerámicos, de cuarzo y la ya mencionada lámina. Por lo general, todos estos revestimientos deben ser aplicados por un especialista, lo que supone un aumento extra del coste total. Vale la pena analizar la opción de kevlar como el protector de la carrocería. Este material apenas apareció en el mercado y ello se debe a que, durante muchos años, se utilizó exclusivamente para fines militares. El polímero se ha utilizado, entre otros, para fabricar cristales antitanque y reforzados, en chalecos antibalas y los cascos tácticos. El kevlar es incluso capaz de detener un proyectil balístico disparado por armas de bajo calibre. Curiosamente, luego se introdujo en el sector del esquí, y hoy se utiliza como protección de la carrocería.
¿Por qué el kevlar es una perfecta alternativa a la lámina?
Por una serie de razones. La primera es, sin duda, su precio. El coste de kevlar es varias veces más bajo que el de las láminas o los revestimientos cerámicos y de cuarzo. Además, uno puede aplicarlo en la carrocería por sí mismo. Lo único que hay que hacer es seguir las instrucciones, y cada conductor es capaz de realizar todo el proceso en una tarde como máximo. Además, los revestimientos de kevlar ofrecen una vida útil excepcionalmente larga. Esto significa que no hay necesidad de repetir el proceso cada pocos años. El kevlar protege la carrocería no sólo contra la lluvia o los productos químicos, sino que también lo protegerá contra los arañazos: un punto de gran importancia. Aplicado correctamente, reducirá la formación de rasguños más profundos, eliminando prácticamente el 100% de probabilidad de la corrosión que se forma como consecuencia de aquellos arañazos.